éste, Roberto y Giovanna I continuarán tan prodigiosa obra hasta su consagración en 26 de febrero de 1368. Es verdaderamente una sorpresa la que causa la perspectiva interior de este edificio, por el gusto y la riqueza con que todo él está decorado. El altar mayor y las capillas principales llaman estraordinariamente la atención por la belleza de sus mármoles, en que pintorescamente alternan el verde antiguo, el de Calabria, el rojo de Sicilia y el preciadísimo lapislázuli, entre finos y delicados metales incrustados de piedras preciosas. Las obras mas notables de Lanframo, el caballero Máximo Stanzioni, el Spagnoleto Donenicho Vaccaro, Belisario, Maratta, Paolo de Matteis, Amoibale Caracci, Solimena, Finoglia, Guido, Paolo Veronese, Caracciolo, Bernini y otros grandes artistas, no contribuyen menos á la admiración del viagero. En el Capitolio hay también hermosas producciones de Belisario, Arpino, Viviani, y Massimo Stanzioni. En la sacristía, por fin, las pinturas de este último y las de Luca de Giordano, y el Spagnoleto, no son menos dignas de tan eminentes autores. Por donde quiera que se considere este templo, admira el gusto de los adornos, asombran los prodigios que á porfia han obrado allí las tres nobles artes. Recorriendo el espacioso monasterio, se llega á un balcón que da vista al Oriente, y se recrean los ojos en el mas grandioso cuadro de la naturaleza: á los pies un abismo, y en ese abismo, Nápoles y su inmenso golfo. Desde el Vesubio hasta las verdes colinas de Sorrento, y desde estas hasta la severa Capri, los ojos no encuentran sino maravillas naturales que, ó se esconden en la profundidad en que se ven el mar y las vegas, ó se alzan al nivel del espectador en los mas altas montañas de la izquierda, que van á perderse en la magestuosa línea de los Apeninos.
L'Ascencione, cuyo origen pertenece al 1300, pero que fué reedificada bajo la protección de Michele Vooz, conde de Mola, con el diseño de Lanzaga en 1622, tiene un bello arcángel San Miguel y una Santa Ana debidos á Luca Giordano.
La fundación de L'Incoronata recuerda el palacio de justicia de Roberto y la coronación de su sobrina Giovanna. Los numerosos frescos que adornan el templo, son en concepto público, las obras mas dignas de Giotto. Entre ellos vénse dos retratos de dos personages muy celebres en las crónicas poéticas y amorosas de Italia: el Petrarca y su bella y amadísima Laura. También hay buenas pinturas que se atribuyen á Gennaro di Cola, discípulo del napolitano Simone.
En San Giovanni in Carbonata, después de algunas pinturas de Vassari, de alguna belleza arquitectónica de Amibale Canavello, y de los sepulcros de Ferdinando Sanseverino, príncipe de Bisignano, el jurisconsulto Niccolo Capasso y el médico Niccolo Cirillo, admíranse con profundísimo respeto por su grandeza y egregia magnificencia las tumbas del rey Ladislao, erigida por Giovanna II y de Sergianni Caracciolo, célebre por los favores con que le honró la fortuna en la corte, y por la horrorosa muerte que le hizo dar en Castel Capuano el 25 de agosto de 1432, su hermosa enemiga Cavella Ruffo, duquesa de Sessa.
El Carmine Mayore, levantado por los monges que volvían del monte Carmelo, guarda las cenizas de los desgraciados Corradino y Fernando, duque de Austria, decapitados por Cárlos d'Anjou el 29 de octubre de 1268.
Santa María di monte Oliveto es una iglesia corintia, que entre un altar mayor de espléndida riqueza por sus piedras, algunas obras de Santacroce, Modamin de Módena, del Merliano, Fabrizio Santafede, Paolo Matteis, Francesco Mura, y otros objetos muy notables, ostenta una porción de sarcófagos de mucho mérito por sus esculturas y por los mármoles amarillo y verde antiguos de que algunos están fabricados. Citaremos el monumento alzado al célebre arquitecto Domenico Fontana, muerto en 1607, el de Marino Curiale, el de Alfonso II de Aragón, y el de Guerrello Origlia. También se encuentran objetos de gran valía en la capilla de la familia Avalos y en la de Picolomini.
San Giaccomo degli Spagnnoli fué fundado por el virey de Nápoles don Pedro de Toledo, cuya sabia y prudente administración vive inmortal en los anales de las dos Sicilias. Al ver el suntuoso mausoleo del virey, nos postramos en tierra á orar devotamente sobre tan noble y digna sepultura, y una lágrima vino á mostrarnos que no puede sernos indiferente un recuerdo tan grandioso de la antigua riqueza de la monarquía española. La estraordinaria belleza del sarcófago, sus bajos relieves de las armas de los duques de Alba y marqueses de Villafranca; los que representan la vida del valeroso don Pedro de Toledo contra Barbaroja y contra los turcos en Otranto, los de las fiestas celebradas en Nápoles á la llegada de Carlos V después de las empresas de Africa, y las elegantes estatuas del virey y de su esposa, no hicieron mas que escitar nuestros recuerdos, y por consiguiente aumentar nuestros dolores. Al retirarnos de la iglesia, largo tiempo consagramos á la memoria de aquel célebre español, no menos que al artista Giovanni Merliano, que tan dignamente lo ha inmortalizado en tan egregio monumento.
Santa María degli Angeli. Esta iglesia corresponde al año 1600, y se fabricó sobre las ruinas de otra que Constanza Doria, princesa de Sulmona, habia cedido á los padres teatinos. En ella se conservan magníficas pinturas y esculturas de Stanzioni, Bernardino Siciliano, Vaccaro y Angelin.
Francesco di Sangro, duque de Torremaggiore, erigió la iglesia de Santa María della Pietá, en cumplimiento de un voto en 1590, pero Raimundo la enriqueció posteriormente con preciosos mármoles y magníficas estátuas. Es admirable la belleza de estas y la de los grandes sepulcros de la familia del fundador, en donde parece que á porfía se han esmerado Queirolo, Celebrano y Corradini en obrar prodigios sobre la piedra. En medio de esculturas tan escelentes hay una de Giuseppe Sanmartino, representando el cadáver del Redentor cubierto con un finísimo velo. ¡Qué sorprendente es esta obra! Al través del velo de mármol se distinguen unas formas tan sabiamente cinceladas, que no parece, como dice un escritor italiano, sino que aquel velo está ligeramente impregnado del sudor de la muerte.
Trinitá Maggiore ó Gesú Nuovo fué fundada en 1584 sobre el antiguo palacio de Roberto Sanseverino. Tiene ricas columnas de mármol africano y de rojo de Sicilia. La cúpula pintada por Lanfrano, quedó destruida por el terremoto de 1688, y en su lugar hay otra del pincel de Matteis. También se ven bellas pinturas de Solimena, Imparato, Giordano, el Sspagnoleto y Bernardino Siciliano, y escelentes esculturas de Bernini, Margaglia, Fanzaga y Naccarini.
L'Ascencione, cuyo origen pertenece al 1300, pero que fué reedificada bajo la protección de Michele Vooz, conde de Mola, con el diseño de Lanzaga en 1622, tiene un bello arcángel San Miguel y una Santa Ana debidos á Luca Giordano.
La fundación de L'Incoronata recuerda el palacio de justicia de Roberto y la coronación de su sobrina Giovanna. Los numerosos frescos que adornan el templo, son en concepto público, las obras mas dignas de Giotto. Entre ellos vénse dos retratos de dos personages muy celebres en las crónicas poéticas y amorosas de Italia: el Petrarca y su bella y amadísima Laura. También hay buenas pinturas que se atribuyen á Gennaro di Cola, discípulo del napolitano Simone.
En San Giovanni in Carbonata, después de algunas pinturas de Vassari, de alguna belleza arquitectónica de Amibale Canavello, y de los sepulcros de Ferdinando Sanseverino, príncipe de Bisignano, el jurisconsulto Niccolo Capasso y el médico Niccolo Cirillo, admíranse con profundísimo respeto por su grandeza y egregia magnificencia las tumbas del rey Ladislao, erigida por Giovanna II y de Sergianni Caracciolo, célebre por los favores con que le honró la fortuna en la corte, y por la horrorosa muerte que le hizo dar en Castel Capuano el 25 de agosto de 1432, su hermosa enemiga Cavella Ruffo, duquesa de Sessa.
El Carmine Mayore, levantado por los monges que volvían del monte Carmelo, guarda las cenizas de los desgraciados Corradino y Fernando, duque de Austria, decapitados por Cárlos d'Anjou el 29 de octubre de 1268.
Santa María di monte Oliveto es una iglesia corintia, que entre un altar mayor de espléndida riqueza por sus piedras, algunas obras de Santacroce, Modamin de Módena, del Merliano, Fabrizio Santafede, Paolo Matteis, Francesco Mura, y otros objetos muy notables, ostenta una porción de sarcófagos de mucho mérito por sus esculturas y por los mármoles amarillo y verde antiguos de que algunos están fabricados. Citaremos el monumento alzado al célebre arquitecto Domenico Fontana, muerto en 1607, el de Marino Curiale, el de Alfonso II de Aragón, y el de Guerrello Origlia. También se encuentran objetos de gran valía en la capilla de la familia Avalos y en la de Picolomini.
San Giaccomo degli Spagnnoli fué fundado por el virey de Nápoles don Pedro de Toledo, cuya sabia y prudente administración vive inmortal en los anales de las dos Sicilias. Al ver el suntuoso mausoleo del virey, nos postramos en tierra á orar devotamente sobre tan noble y digna sepultura, y una lágrima vino á mostrarnos que no puede sernos indiferente un recuerdo tan grandioso de la antigua riqueza de la monarquía española. La estraordinaria belleza del sarcófago, sus bajos relieves de las armas de los duques de Alba y marqueses de Villafranca; los que representan la vida del valeroso don Pedro de Toledo contra Barbaroja y contra los turcos en Otranto, los de las fiestas celebradas en Nápoles á la llegada de Carlos V después de las empresas de Africa, y las elegantes estatuas del virey y de su esposa, no hicieron mas que escitar nuestros recuerdos, y por consiguiente aumentar nuestros dolores. Al retirarnos de la iglesia, largo tiempo consagramos á la memoria de aquel célebre español, no menos que al artista Giovanni Merliano, que tan dignamente lo ha inmortalizado en tan egregio monumento.
Santa María degli Angeli. Esta iglesia corresponde al año 1600, y se fabricó sobre las ruinas de otra que Constanza Doria, princesa de Sulmona, habia cedido á los padres teatinos. En ella se conservan magníficas pinturas y esculturas de Stanzioni, Bernardino Siciliano, Vaccaro y Angelin.
Francesco di Sangro, duque de Torremaggiore, erigió la iglesia de Santa María della Pietá, en cumplimiento de un voto en 1590, pero Raimundo la enriqueció posteriormente con preciosos mármoles y magníficas estátuas. Es admirable la belleza de estas y la de los grandes sepulcros de la familia del fundador, en donde parece que á porfía se han esmerado Queirolo, Celebrano y Corradini en obrar prodigios sobre la piedra. En medio de esculturas tan escelentes hay una de Giuseppe Sanmartino, representando el cadáver del Redentor cubierto con un finísimo velo. ¡Qué sorprendente es esta obra! Al través del velo de mármol se distinguen unas formas tan sabiamente cinceladas, que no parece, como dice un escritor italiano, sino que aquel velo está ligeramente impregnado del sudor de la muerte.
Trinitá Maggiore ó Gesú Nuovo fué fundada en 1584 sobre el antiguo palacio de Roberto Sanseverino. Tiene ricas columnas de mármol africano y de rojo de Sicilia. La cúpula pintada por Lanfrano, quedó destruida por el terremoto de 1688, y en su lugar hay otra del pincel de Matteis. También se ven bellas pinturas de Solimena, Imparato, Giordano, el Sspagnoleto y Bernardino Siciliano, y escelentes esculturas de Bernini, Margaglia, Fanzaga y Naccarini.
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