Trono de Wladimiro
cuerdos á la Rusia, é hizo que los Wladimiros sean nombrados con el respeto y la admiracion que engendraron sus grandes hechos.
Wladimir II, llamado el Monomaco, elegido por los habitantes de Kief en 1113, era de la dinastía de Rurik. Contiene los escesos que querian cometerse contra los judíos, dulcifica la suerte de los esclavos, salva á la Rusia de las guerras civiles que la destruyen, triunfa de los enemigos del esterior y deja al morir un documento tan notable, legándole como testamento a sus hijos, que su reproduccion, como dice muy bien Saint-Prosper, pertenece á la historia, porque arroja una viva luz sobre este príncipe y sus contemporáneos. «Mis queridos hijos, dice, alabad á Dios y amad á los hombres; porque no es el ayuno, ni la soledad, ni la vida monástica lo que os dará la vida eterna; es solo la beneficencia. Servid de padre á los huérfanos; juzgad vosotros mismos á las viudas, y no impongais la muerte al inocente ni al culpable, porque nada es mas sagrado que la vida y el alma de un cristiano. No os desvieis de los sacerdotes, tratadlos bien para que rueguen á Dios por vosotros; nunca violeis el juramento prestado sobre el crucifijo. Mis hermanos me han dicho: ayudadnos á destruir á los hijos de Rostilaf, y á apoderarnos de sus provincias ó renunciad á nuestra alianza; pero les he contestado que no podia olvidar que habia besado la cruz. Pensad en que el hombre debe estar siempre ocupado. Cuidad vosotros mismos vuestros negocios domésticos, y huid de la embriaguez y de la corrupcion. Amad á vuestras mugeres, pero no las concedais ningun poder sobre vosotros. Procurad incesantemente el instruiros: sin salir de su palacio, hablaba mi padre cinco lenguas, cosa que los estrangeros admiran en nosotros. Sed vigilantes en la guerra, servid de ejemplo á vuestros soldados. No os entregueis al reposo sino despues de haber colocado vuestros centinelas...
«Cuando viajeis por vuestras provincias, no permitais que vuestro acompañamiento haga la menor injuria á los habitantes; y coma á vuestra costa el dueño de la casa en que os alojeis. Si esperimentais alguna indisposicion, prosternaos tres veces delante del Señor: que jamás os encuentre el sol en vuestro lecho. En los primeros albores de la mañana, mi padre y todos los hombres virtuosos que le rodeaban, obraban asi: glorificaban al Señor; sentábanse en seguida para deliberar ó para juzgar al pueblo, ó iban á caza, y dormian al medio dia, lo que Dios ha permitido al hombre como á las bestias y á las aves. En cuanto á mí estoy acostumbrado à hacer por mí mismo lo que podia mandar á mi servidor: en la noche como en el dia, en el estío como en el invierno, estaba en una contínua actividad; todo lo queria ver por mis ojos: jamás abandoné á los pobres ni á las viudas á las vejaciones de los poderosos: era un deber en mí inspeccionar las iglesias y las sagradas ceremonias de la religion, asi como la economía de mis bienes, de mis caballerizas, de mis buitres y de los halcones de mi montería. He hecho ochenta y tres campañas y espediones; he concluido diez y nueve tratados con los polovtkys, ó polacos; les he cogido ciento de sus principes, á quienes he devuelto la libertad; y he hecho morir á doscientos precipitándolos en los rios. Nadie ha viajado con mas rapidez que yo: partí una mañana de Tchernigof, y llegué á Kief antes de anochecer. (Faltan algunas letras) caidas de caballo he sufrido en mi juventud!
Me herian en los pies, en las manos, me rompia la cabeza contra los árboles; pero el Señor velaba sobre
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