martes, octubre 28, 2008

Viage ilustrado (Pág. 297)

Locke
mente por la institución de la Sociedad Real. El admirable Paraíso Perdido de Milton apareció bajo su reinado; pero permaneció desconocido en esta época. A pesar del mal gusto que reinaba en la corte de Carlos II, algunos escritores han considerado esta época para la Inglalarra como el siglo de Augusto; y en efecto, este siglo presenta á la vez los célebres nombres de Bogle, Halley, Hooke, Sydenham, Harvey, Temple, Tillotson, Barrow, Butler, Cowley, Wailer, Dryden, Wicherley y Othvay.
El pobre Jacobo II no produjo en todo su reinado mas que teólogos.
Los nombres de Newton y de Locke, formaron la gloria del reinado de Guillermo III. Este príncipe profesó una particular estimación á el último, asi como también a Tillotson y á Burnet. Aunque estuvo lejos de ser liberal con los hombres de genio, las ciencias florecieron, sin embargo, en su tiempo; peso únicamente por razón de la escelencia del terreno donde habían sido sembradas.
Las ciencias y las bellas artes llegaron á un alto grado de esplendor bajo los auspicios de la reina Ana. La mayor parte de los grandes hombres que habian figurado en los reinados de los Estuardos y de los Guillermos vivían aun, cuando una nueva generación surgió en la república de las artes y de las letras. Addison, Prior, Pope, Swift, Bolingbroke, Shaftesbury, Arbuthnot, Congréve, Steele, Rowe, Herne y una multitud de escritores en prosa y verso no tienen necesidad mas que de ser nombrados para escitar la admiración. La filosofía natural y moral marchó á la par de las bellas artes, y las discusiones, tanto religiosas como políticas contribuyeron á los progresos de las ciencias, gracias á la libertad ilimitada que las leyes concedían en las materias puramente especulativas: lo que prueba la buena influencia de las discusiones en el desarrollo de los verdaderos conocimientos.
Los ministros de Jorge I fueron los protectores del saber, y aun en algunos de ellos brillaba una grande erudición. Jorge, no fué un Mecenas; su reinado, sin embargo, no cedió á ninguno de los de sus predecesores en cuanto al número de sabios y de buenos talentos que lo ilustraron. Después de la revolución de 1745 la barrera que habia levantado entre el gobierno y los sabios fué echada por tierra, y los hombres de genio comenzaron á esperimentar los beneficios del trono. Desde esta época las bellas artes han hecho grandes progresos en Inglaterra. Se ha instituido la Academia Real, se han formado hábiles artistas, y las esposiciones anuales de pinturas y de esculturas han sido en estremo favorables á las artes, escitando la emulación y llamando la atención pública hacia las obras maestras del genio. Pero por mas beneficiosas que hayan sido estas circunstancias, las bellas artes están bien lejos de esperimentar la protección nacional á que tienen tan justos derechos. En Inglaterra hay muy pocos edificios públicos adornados de pinturas ó de estatuas; los escultores no encuentran ocupación y la pintura de historia no tiene fomento, aunque los artistas ingleses de este siglo hayan probado que su genio iguala al de los artistas estrangeros.
No sucede lo mismo con las letras; la inmensa estension de terreno donde se habla la lengua inglesa, abre un ancho campo á su literatura, comparable solo al de la literatura francesa; asi es que Lóndres cuenta las librerías mas considerables y ricas. Desde principios de este siglo tres hombres han llevado el nombre inglés á los límites de la civilización: lord Byron, Thomás, Moore y Walter Scolt; este último, que tantos imitadores mas ó menos dichosos ha tenido en

domingo, octubre 26, 2008

Viage ilustrado (Pág. 296)

Cromwell
sey, ministro por otra parte peligroso é imprudente, contribuyó poderosamente al renacimiento de las letras en Inglaterra. Eduardo VI hizo también mucho por ellas durante su corto reinado; pero en el desgraciado y borrascoso de María, las ciencias y la libertad sufrieron por espacio de algún tiempo. Isabel su hermana, era muy instruida, y elevó las personas distinguidas por sus talentos á los primeros puestos de la Iglesia y del Estado; pero no parecia considerar su mérito literario sino como subordinado á sus talentos políticos.
En tiempo de Jacobo I los sabios estrangeros fueron protegidos y apoyados en Inglaterra; pero el pedantismo de este monarca corrompió el gusto, y su ejemplo hizo nacer una multitud de teólogos enteramente inútiles. Lo que le hizo mas honor fué haber protegido al segundo Bacon, á quien dio el título de vizconde de Verulam.
Su hijo Cárlos I tuvo mucho gusto por las artes, especialmente por la escultura, la pintura y arquitectura. El protegió á Rubens, Van―Dyck, Iñigo Jones y muchos otros célebres artistas. Las colecciones que hizo son admirables, atendida la penuria en que se encontraba. Su favorito, el duque Buckingham, lo imitó en este concepto, y gastó la suma prodigiosa de 9.600,000 francos en pinturas y en objetos raros. Sin embargo, el conde de Arundel fue el gran Mecenas de este tiempo, y las adquisiciones inmensas que hizo de objetos antiguos, y especialmente de los famosos mármoles que todavía llevan su nombre, le ponen al nivel, en cuanto al apoyo dado á los conocimientos útiles, de los mas grandes príncipes de la casa de Médicis. Cárlos y su corte tuvieron poco gusto para la poesía; sin embargo, este príncipe señaló al célebre Ben―Johnson el sueldo de 100 marcos ó 2,400 francos por año.
La protección dada á las ciencias y á las artes sufrió una interrupción durante las guerras civiles y el interregno que siguió á éstas. Sin embargo, muchos sabios encontraron bajo la dominación de Cromwell una acogida favorable, y muchas obras de un gran mérito literario vinieron á romper las tinieblas de estos desgraciados tiempos. User, Walton, Harrington, Wilkins, y muchos otros grandes nombres fueron respetados y aun favorecidos por el usurpador, que habría llenado sus universidades de hombres de talento, si hubiera creído poderlo hacer sin peligro para su gobierno.
El reinado de Cárlos II se distinguió por los grandes progresos de las ciencias naturales, y especial―

viernes, octubre 24, 2008

Viage ilustrado (Pág. 295)

perior á todas las demás cualidades y suple por todas las virtudes. Este error funesto, que degrada siempre á un pueblo, tiene su origen en las costumbres comerciales de la mayor parte de la nación, cuyo solo objeto es el lucro.
A pesar de este deseo general de ganancia, el inglés sabe sin embargo contenerse. Sus empresas y sus trabajos tienden á un fin muy sabio, el de descansar en la vejez, y rara vez viene la avaricia á decirle: «¡amontona mas dinero!» Un comerciante económico y activo en sus negocios está por lo regular á la edad de cincuenta años en estado de retirarse y de comprar propiedades ó colocar su dinero en los fondos públicos. Entonces escoge para su residencia una casa de campo cómoda y bien construida, por lo regular situada en el condado de donde es natural ó desciende y tiene la pretensión de ser tratado como un noble; pero siempre conserva el buen sentido de vivir conforme á su fortuna.
Este deseo que tiene el comerciante de pasar sus últimos dias en el campo es común á todos los ingleses. Las bellezas de la naturaleza ejercen un poderoso encanto sobre su alma; y su espíritu arrastrado á la meditación se aficiona mucho al silencio, y á la soledad. Esta tendencia se encamina seguramente á provecho de la nación, porque inspira á los ingleses el deseo de ocuparse de la agricultura. Su avidez por el lucro produce su gran comercio, y su afición al campo ha fomentado su agricultura, que no ha mucho era superior á toda comparación. Aunque flemático en apariencia el inglés, ama los placeres: las grandes cazerías, sobre todo las de zorras, tienen para él un inmenso atractivo. Otras veces las carreras de caballos y las riñas de gallos les daban ocasión de hacer apuestas considerables. Hoy el baile y el teatro son sus distracciones principales.
Lóndres encierra trece teatros: citaremos entre otros la Opera italiana, que puede contener cerca de 2,400 personas; el de Drury―Lane: el de Covent―Garden y los de Hay―Market; la Opera inglesa; el Circo real, etc. Drury―Lane y Covent―Gardén dan representaciones todos los dias escepto el domingo, en el cual se suspenden todas las diversiones públicas, no teniendo los ingleses otro recurso para matar sus doce mortales horas que las tabernas y cafés.
En cuanto al mérito literario de las piezas que se represen tan, oigamos á un inglés hacer su juicio crítico.
«La tragedia inglesa, dice Hugo―Blair es en general mas animada y mas apasionada, pero menos regular, menos correcta, menos elegante y menos decente que la tragedia francesa. Es necesario no olvidar que lo político es el alma de la tragedia; y es por consecuencia incontestable que los ingleses han llegado al mas alto grado en este género; pero es necesario confesar también que han descuidado con mucha frecuencia las bellezas que deben acompañar á lo patético.
»El primer objeto que llama nuestra atención en la escena inglesa es el gran Shakspeare, que ha merecido el nombre de grande por sus eminentes dotes, siendo igualmente sublime para la tragedia que para la comedia; pero es necesario convenir que su genio es rudo, que no tiene gusto, ni instrucción, ni arte. Idolatrado por la nación inglesa, es desde largo tiempo el testo citado en todas las conversaciones y los escritores han agotado todo lo que es posible decir: en elogio de uno. Se ha comentado hasta la menor de sus palabras, y sin embargo, está todavía en duda si sus bellezas pesan mas en la balanza que sus defectos. En sus piezas hay escenas admirables y pasages muy superiores á los de cualquiera otro poeta dramático; pero apenas puede citarse una verdaderamente buena que pueda leerse con placer desde el principio hasta el fin. Ademas de las irregularidades de sus dramas, y de la mezcla grotesca de lo serio y de lo cómico que los desfigura, tiene con frecuencia pensamientos forzados, espresiones duras, estilo oscuro y juego de palabras que se complace en prolongar, y las distracciones ó suspensiones de la acción vienen frecuentemente en el momento en que el lector tiene mayor deseo de conocer el desenlace. Pero Shakspeare encubre todos sus defectos con las mas brillantes cualidades que puede poseer un poeta trágico; la gran variedad en la pintura de los caractéres, y el modo vehemente y natural de espresar el lenguaje de las pasiones; consistiendo su principal mérito en estos dos admirables dotes. A pesar de sus numerosos absurdos, leyendo sus piezas, nos encontramos siempre en medio de nuestras semejantes; veremos quizás siempre hombres groseros en sus maneras, bruscos y rudos en sus sentimientos; pero hombres que hablan siempre el lenguaje de la naturaleza, que están agitados por las pasiones, y tomamos interés en todo lo que dicen y hacen, porque sentimos que somos de la misma naturaleza que ellos.
Hugo Blair, después de haber hecho un elogio á Shakspeare, por sus hadas, sus brujas y sus espectros, añade: »Desde que pasó este gran poeta, la Inglaterra ha producido tragedias muy bellas, pero pocos escritores dramáticos cuyas composiciones merezcan una crítica especial ó un grande elogio.»
Si de la tragedia inglesa pasamos á la comedia, la encontraremos bien inferior. Ben―Johnson, el mejor poeta cómico, es en su género muy inferior á Shakspeare en el suyo. Hablando propiamente los inglese no tienen comedia, y la suplen con farsas y sátiras.
El teatro nos conduce naturalmente á hablar de las letras y de las ciencias Ellas han llegado en Inglaterra á un alto grado de gloria, y su origen se remonta á una época muy lejana. Alfredo el Grande las cultivaba ya en tiempo de las sajones, cuando las espesas tinieblas de la barbarie y de la ignorancia, cubrían el resto de la Europa, y después de su reinado, ha producido este pais una sucesión no interrumpida de sabios. Las instituciones inglesas en favor de la educación tienen el carácter de la nación; son sólidas y proveen al bienestar, á la libertad de espíritu, á la calma y á la fortuna de los profesores; testigos las universidades de Oxford y de Cambridge, establecimientos, dice Guthrie, que no tienen iguales en el mundo, y que fueron respetados aun en medio de los furores de la guerra civil. Antes de pasar al tiempo en que la literatura inglesa comenzó á tomar un carácter distintivo, seria inescusable no hablar del prodigio de ciencia y de filosofía, natural, Roger Bacon, precursor del gran Bacon, que lo fué á su turno de Isaac Newton. Roger Bacon, vivió en el reinado de Enrique III, y murió en Oxford hacia el año 1294. Pero si la Inglaterra debe enorgullecerse de haber producto un hombre tan admirable en un siglo de ignorancia casi universal, no puede contarle en el número de los escritores que han ilustrado su lengua, porque esta lengua no existia todavía en esta época.
Después de la reforma religiosa, el cardenal Wol―

miércoles, octubre 22, 2008

Viage ilustrado (Pág. 294)

milia contribuye mucho á la gravedad, ó mas bien seriedad que caracteriza á las inglesas. En cuanto á los alimentos, los ingleses se cuidan mas bien de la cantidad que de la calidad: su comida ordinaria consiste en grandes pedazos de buey, de ternera y de carnero asados; el pudding es uno de sus manjares favoritos: este es una mezcla que varían basta lo infinito; la base es por lo regular miga de pan, leche, tuétano de buey, pasas, riñones, etc., todo lo cual junto se cuece en el horno. Los ingleses generalmente comen mucha carne y poco pan. Lo mismo sucede en las clases proletarias; tienen dos necesidades que proveer, que son la mesa y el vestido; pero la mesa llama principalmente su atención. Estas dos cosas cuestan muy caras en Londres, pero en cambio abunda el dinero; si los artículos de primera necesidad se pagan caros, también se paga caro el trabajo, de modo que todo queda compensado. El lujo de las grandes masas está en el vino, bebiéndose en ellas los mejores y mas estimados.
El pueblo se contenta con cerveza fuerte. En invierno hacen una especie de ponche compuesto de cerveza, aguardiente, yema de huevo y azúcar. También usan un licor llamado sillabud, compuesto de vinagre, leche y azúcar.
Las tabernas y los cafés son muy numerosos en Lóndres y en todas las demás ciudades de Inglaterra. Estas casas son para los ingleses uno de los mayores recreos. El nombre de taberna no debe chocar á nuestro oído, porque entre los ingleses no tiene la misma significacion que nosotros le damos; las tabernas vienen á ser lo que los franceses llaman restaurant. A ellas concurren los mas grandes señores y los sabios, sin que esto llame la atención, y alli también se reúnen los socios de los diferentes clubs, para divertirse y estrechar mas los vínculos que los unen.
En los cafés ingleses no se oye el menor ruido, pudiendo comparárseles á una biblioteca ó gabinete de lectura. Los cafés mas afamados de Lóndres están suscritos por diez ó doce ejemplares á cada periódico, á fin de no hacer esperar á los curiosos, y esto con tanta mas razón, cuanto que á pesar de su gran flema, el inglés es de todos los europeos el menos aficionado á esperar.
Los clubs vienen á ser despues.de los cafés los sitios de reunión, y casi su mayor parte está en cafés tabernas. Su número es prodigioso en Lóndres. Desde el par que se sienta en el Parlamento hasta el mas humilde comerciante de la Cité, todos tienen su club. Los mas famosos son el Whig-club, que vela porque el monarca, ó mas bien los ministros, no estiendan las prerogativas del trono mas allá de los límites de la constitución inglesa, y el Human-society, que adjudica premios á todas las invenciones que tienden á aliviar la miseria y los males que aflijen á la naturaleza humana. Estas sociedades han prestado muy grandes servicios, y no han contribuido poco á mantener el espíritu publico tan admirable que reina en Inglaterra.
Los ingleses son aficionados alternativamente á la soledad y á las reuniones. La clase baja tiene también sus sitios de reunión, que son los figones, que por lo ordinario están estimadamente aseados, y pueden servir de espejos las mesas, los bancos, los vidrios y demás muebles.
La población de Lóndres conserva todavía la costumbre de los famosos combates á puñetazos que los estrangeros ven con lástima y desprecio, y los ingleses con orgullo. Algunos escritores han dicho que estos combates eran á propósito para dar á la nación energía y valor; pero la verdad es que esta costumbre es solo propia para hacer á los nombres rústicos y feroces. Por lo demás, la policía no se mezcla jamás en las querellas de los boxeadores, que es el nombre que dan a los qué hacen de estas luchas una especie de profesión, y los deja tranquilamente aporrearse en medio de la calle. «Yo fui testigo un día, dice Chantreau, de uno de estos combates cerca de Billings―Gate, que es el mercado del pescado: los dos hombres que se batian eran de este mercado, y los dos, según me dijeron, hábiles boxeadores; estaban en camisa en una actitud verdaderamente pintoresca, cambiando alternativamente de posición y dando á sus brazos un continuo movimiento. El brazo izquierdo lo tenían horizontalmente doblado á la altura del rostro y les servia de broquel, mientras que con el derecho se asestaban mutuamente feroces puñadas en el pecho y en la cara, pero la mayor parte eran paradas con una destreza admirable. El golpe para ser bueno y legal debe darse á puño cerrado, y jamás cuando el enemigo vacila ó se levanta del suelo. En efecto, uno de los dos hombres que yo ví combatir dio un paso en falso y cayó; entonces muchos espectadores se apresuraron á levantarlo, gritando á su adversario que se detuviese. Este grito era inútil, porque él se paro desde que vio á su enemigo caído, y permaneció fieramente inmóvil hasta que se repuso; pero caer, levantarse y volver á la carga, todo fué obra de un momento. El combate duró aun mas de un cuarto de hora. Los golpes dados y recibidos eran proporcionados á la atlética fuerza de aquéllos hombres nerviosos, y me hacían horrorizar. El uno de ellos, habiendo en fin recibido un fuerte golpe en el ojo derecho, saltó hacia atrás, pidió cuartel y el combate concluyó. Este debe tener fin tan pronto como uno de los combatientes declara que ya es suficiente, ó cuando habiendo caido rehusa levantarse; porque entonces se considera vencido. Habiendo sido testigo del combate, quise también serlo de la reconciliación, que tuvo lugar sobre el mismo terreno; y estos dos hombres tan animados el uno contra el otro algunos minutos antes, se aproximaron y se estrecharon tiernamente la mano, como hubieran hecho los mejores amigos.»
Se ha dicho de los ingleses que eran generosos y espléndidos en el estrangero, y muy económicos en su nación: esta es una verdad, pero su economía es bien entendida, y no les impide sacrificar sumas considerables al socorro de la humanidad afligida. Los pobres y los desgraciados son socorridos en Inglaterra con una liberalidad que viene á ser perjudicial á la industria; porque quita á la última clase del pueblo los motivos que la obligan á trabajar, es decir, la necesidad de ahorrar algunos recursos para las enfermedades y para la vejez. Las mismas personas que contribuyen á estas suscriciones dan también, según su fortuna, una cuota para los pobres de su respectiva parroquia; esta cuota asciende anualmente en Inglaterra solo á 6.509,466 libras esterlinas, y en el país de Gales á 288,422. Sin embargo, á pesar de esta generosa profusión que en cualquier otro pais debería desterrar la pobreza, las calles de Lóndres y los caminos de Inglaterra están plagados de mendigos que desafian las severas penas que les impone la ley. Otra verdad igualmente incontestable es que entre los ingleses de todas las categorías, la riqueza es considerada su―

lunes, septiembre 29, 2008

Viage ilustrado (Pág. 293)

Sepulcro de Newton

Los cuidados de la casa son sin embargo cumplidos siempre con exactitud,»siendo este uno de los rasgos que las distinguen. Como ellas en general aman mucho la familia, tienen un placer en ver dichosos á cuantos las rodean. Muy rara es la que deja de criar á sus hijos, y este cuidado maternal, el primero y el mas sagrado de todos, es la fuente de todas las demas virtudes doméstica. Esta vida útil y pasada en fa-

jueves, septiembre 25, 2008

Viage ilustrado (Pág. 292)

Iglesia de San Martin de la Cité de Lóndres
El gobierno de la ciudad de Londres está confiado á tres autoridades distintas, pero que nada pueden la una sin la otra. La primera es el lord corregidor, la segunda el cuerpo de los aldermens; y la tercera el consejo del común. El lord corregidor es elegido y sacado del cuerpo de los aldermens, y no puede ninguno aspirar á este puesto eminente sino después de haber sido juez del condado de Midlesex. Los vecinos que tienen derecho de votar, y que forman las doce corporaciones, son los que lo eligen. Los honores que se le tributan y los privilegios de que goza asemejan de alguna manera este magistrado del pueblo á los reyes. Su tren es de los mas magníficos; ocupa un suntuoso palacio y tiene mas de 1,000 libras esterlinas por año para su mesa solamente. Cuando sale, seis magníficos caballos lo conducen lentamente en una carroza del Estado y gentiles hombres de honor llevan á cada portezuela los principales emblemas de su dignidad. Es muy raro que una misma persona llegue dos veces á ser lord corregidor. Los aldermens son veinte v seis, que es el número de barrios ó cuarteles en que se divide la Cité; sus destinos son vitalicios y cada aldermen gobierna un barrio. El consejo del común se compone de un gran número de ciudadanos elegidos en cada barrio entre los mismos vecinos.
Siendo Londres una ciudad tan inmensa y populosa debería creerse que exige una numerosa policía; pero nada de esto; Londres no está guardado por la noche mas que por algunos ancianos elegidos entre el pueblo. Estos hombres llamados watchman tienen por toda arma un bastón que no debe servirles mas que para su defensa. Sus garitas están á cincuenta pasos las unas de las otras. Las funciones de estos vigilantes, que es lo que significa la palabra watchman, son cuidar que las puertas de las casas estén bien cerradas, repetir cada uno en su puesto la hora cuando da el reloj é indicar el estado del cielo, si llueve ó hace buen tiempo. Es decir, sobre poco mas ó menos, nuestros serenos.
En caso de algún desorden ó incendio, dan la alarma por medio de una gran carraca que hay en cada garita. Si la alarma es por algún delito, he aquí como se aprestan á coger al delincuente. El vigilante mas cercano al lugar donde se pide socorro da un golpe de carraca y corre al sitio donde su presencia es necesaria; su vecino hace lo mismo, y esta maniobra es ejecutada con tanta velocidad que rara vez escapa el culpable.
La seguridad personal está confiada mas particularmente á un número determinado de constables que están encargados de velar hasta la media noche para acudir adonde quiera que sean llamados. En caso de riña ó pendencia se llama al constable, y su intervención sola detiene á los mas arrebatados, porque el respeto á la ley es entre los ingleses mas fuerte que la pasion. El destino de constable dura un año, y es una de las cargas vecinales de que nadie puede dispensarse cuando es nombrado; esté cargo es gratuito no teniendo honorarios algunos. La marca distintiva del que está revestido de esta autoridad es un gran bastón blanco, sobre el cual están grabadas las armas de Inglaterra.
Los ingleses en general tienen la cabeza bien formada, las facciones regulares, son en general hermosos, y tienen un color que anuncia la frescura y la salud; los mas son rubios. El talle, las facciones y el color de las mugeres hacen decir que la Inglaterra es el pais clásico de la belleza. «Me parece, dice Muralt, hablando del carácter de los ingleses, que tienen grandes virtudes ó grandes defectos, y con mucha frecuencia lo uno y lo otro. En ellos se encuentra muy buen sentido, pero mezclado siempre de rarezas y caprichos; tienen el corazón grande y noble, pero su veleidad los hace inferiores mas bien que superiores á otras naciones. La mayor parte tienen una imaginación viva, pero su fuego se parece al del carbón de piedra que tiene mas fuerza que claridad. Son muy razonables en sus gastos, y procuran menos parecer dichosos que serlo en efecto; asi es que en muchas cosas su felicidad depende de ellos mismos; ni se cuidan del juicio que los demás puedan formar de ellos, ni llaman su atención las acciones de otros. Combaten cualquier uso por establecido que esté, cuando repugna á su razon y á sus inclinaciones. La mayor parte son descuidados en el adorno de su persona y en las maneras: pero cultivan su razón.» Este retrato, como es fácil de ver, no conviene á todos los ingleses; pero ofrece los rasgos mas característicos de la nación.
He aqui como emplean el dia los habitantes de Londres: los ingleses se levantan tarde, sobre todo en el barrio de Westminster. Apenas se han levantado solo piensan en desayunarse, lo que hacen en familia, y el almuerzo consiste en té á la crema y rebanadas con manteca. Durante esta comida, se leen los periódicos y en seguida los hombres se van á sus negocios ó hacer visitas. Las mugeres se entretienen casi siempre en leer novelas, y rara vez se ocupan de obra alguna doméstica, porque este trabajo no les divierte.

sábado, septiembre 20, 2008

Viage ilustrado (Pág. 291)

igualmente muy bien dispuesto el arroyo para los carruages y caballerías. Una de las bellezas de las casas de Londres, es su estremado aseo, aun en el esterior. Las calles mas suntuosas de Londres, son: Regent―Street, Oxford―Street, Piccadilly, Pall―mall, etc. «Nada hay en el mundo, dice M. Balbi, que supere en magnificencia, en variedad y en elegancia este conjunto de edificios monumentales que rodean á Regent―Park, en medio del cual está situado el jardin de la sociedad zoológica. A pesar de la brillantez, siempre creciente, de nuestras tiendas parisienses, no pueden seguramente rivalizar con el fausto y suntuosidad que ostentan las de los comerciantes de Londres, donde todas las comodidades, todas las exigencias del lujo mas refinado se encuentran con profusión. Estas tiendas no están diez ó doce seguidas, sino que se prolongan sin interrupción por espacio algunas veces de una milla inglesa, que equivale á kilómetro y medio. La parte de las tiendas que da á la calle, está cerrada por grandes puertas de cristal, detrás de las que coloca el comerciante con un arte que no tiene igual, todo lo que la moda ofrece de mas rico y elegante.
El cuartel de Westminster y los adyacentes están cortados, y se comunican por plazas cuadradas, algunas de ellas de gran estension; los ingleses los llaman Squares, y la mayor parte están rodeadas de una soberbia gradería y tienen en medio grandes estanques. Grosvenor―Square es la mas notable de todas y la mejor adornada.
Desde los cuarteles de que hemos hablado se pasa á la Cité, y allí se cree uno trasportado á otro mundo, no se la puede comparar mas que al cuartel de San Jacques, en París; alli no se ven mas que casas mal construidas, oscuras y empotradas las unas en las otras, y callejones tortuosos y estrechos. El modo de vivir, comparado con el del cuartel de Westminster, es tan diferente como sus moradores, y esta diferencia hace nacer una gran antipatía entre ellos.
Siendo el palacio de San James la residencia del rey, parece que debía de llamar lo primero la atención; pero no sucede asi. Este palacio no es mas que un montón de edificios de ladrillo, colocados como por casualidad los unos junto á los otros, y nada anuncia alli una morada regia. Cerca de aquí está el célebre parque de San James, que es un gran cercado donde se han plantado magníficos tilos. El lugar mas notable de este parque es el Mallo, que es el paseo en los dias buenos del invierno, asi como también las dos calles paralelas, que tienen 27 metros de latitud y 335 de longitud, y al largo de este paseo corre un soberbio canal. Al estremo del Mallo hay un edificio de muy bella apariencia, llamado el palacio de la Reina.
La abadía de Westminster, merece verdaderamente la atención del viagero, porque es uno de los mas bellos monumentos de la arquitectura gótica que aun existen. La belleza de las columnas, lo atrevido de las bóvedas, la vasta estension de las naves, y la buena distribución, todo escita la admiración, y lo que aumenta el sentimiento que se esperimenta en este recinto, es la vista de una multitud de sepulcros que encierran las cenizas de los hombres que han inmortalizado la Inglaterra. Una de las que primero se desean ver y que al momento se encuentra es la de Newton; su sepùlcro es una obra maestra del arte; pero estando delante de él, no se puede uno ocupar mas que del hombre cuyos despojos mortales reposan alli. Sobre este monumento se lee que Newton era barón; seguramente el nombre solo de Newton inspiraria respeto, sin necesidad de título alguno.
Shakspeare descansa no lejos de alli. Este es el padre de su tragedia, y en cierto modo, su divinidad poética. La estatua de este hombre de genio es del mas bello mármol y está perfectamente ejecutada. El poeta está en pie y apoyando el codo en un pedestal cargado de algunos volúmenos de sus comedias. Por debajo de los libros hay un rollo que se desplega y presenta algunos versos sacados del drama titulado: La Tempestad; que son de la energía mas fuertemente pronunciada, y espresan la nada de las cosas terrenas; sobre este monumento se lee: Guillelmo Shakspeare: anno post mortem CXXIV, amor publicus posuit. Según se ve, veinte y cuatro años después de su muerte, fué cuando se rindió este homenage á su mérito. Murió en Hratford, su patria, el año1616. El inmortal Lope, el conde de Burlington y el doctor Mead concibieron la idea de erigirle este monumento. Para subvenir á los gastos, se dio en Drury―Lane una representación de Julio César, tragedia de este poeta; los billetes fueron puestos á un precio exorbitante, pero, sin embargo, los arrancaban de las manos. El trasporte de los restos de Shakspeare se hizo con gran magnificencia y en medio de un entusiasmo general.
El célebre Garrick tiene también su puesto en Westminster: este ha sido el actor mas sublime de Inglaterra, y quizá de la Europa entera. Congréve, John Gay, Prior, Bulter, Ben Johnson, Chaucer, Cowley, Milton, Dryden, reposan también entre una multitud de reyes, de guerreros, y aun de gentes que solo el oro ha colocado en este lugar.
Saliendo de la abadía de Westminster, se encuentran los restos de un palacio reducido á cenizas en tiempo del reinado de Enrique VIII. En uno de los sitios que se libraron del incendio fué donde se reunieron las dos cámaras del Parlamento. En una de las dependencias del mismo edificio se ve todavía con admiración la sala llamada de Westminster ó Westminste―Ttall. Este trozo, único por su construcción, data del siglo XI, el techo, que es de gran dimension, no está sostenido por ningún pilar. Aqui es donde se celebra la fiesta de la coronación de los reyes, y donde los lores tienen su tribunal cuando se trata de juzgar á alguno de los pares.
La torre de Lóndres era una antigua fortaleza, morada en algún tiempo de los reyes y algunas veces también prisión de estado. Hace algunos años que fué destruida por un incendio.
El Banco de Inglaterra, la casa de la compañía de las Indias Occidentales, la de moneda, etc, son edificios igualmente notables. No nos detendremos mas que un momento delante del monumento antes de ocuparnos de los habitantes.
El monumento es una columna elevada á costa de la Cité para recordar á la posteridad el famoso incendio de 1666, y la restauración de los edificios que fueron presa de él. Esta columna, situada á alguna distancia del puente de Lóndres, es una de las obras maestras de sir Cristóbal Wren. Entre sus inscripciones se nota una que atribuye el incendio á los católicos; injusticia tan ridícula como la de Nerón, que atribuía el incendio de Roma á los cristianos. En el interior de la columna se ha practicado una escalera para subir hasta su cima, que figura una urna de donde sale una llama.

martes, septiembre 16, 2008

Viage ilustrado (Pág. 290)

Apenas sonaron las cuatro en el reloj de la iglesia, cuando todo el séquito se puso en marcha bajo el orden siguiente:
Los músicos; el porta―estandarte; el comisionado de la compañía; el solicitador de la compañía; el ingeniero de la compañía; el inspector de los trabajos; el ingeniero en gefe, sir Isambard Brunel; sir Eward Codrington; M. Hawes, presidente de la comisión de los directores; el lord maire; Benjamín Hawes, Esq.; lord Dudley Estuardo; los directores; los tesoreros y los auditores; los propietarios: los convidados.
Este séquito compuesto de 4,000 personas, presentó un estraño espectáculo, cuando bajó á compás de una música militar al ancho muelle que conduce á la entrada del Tunnel. Desapareció poco á poco bajo la bóveda occidental, recorrió en el mismo orden los 400 metros que separan la orilla derecha de la orilla izquierda del rio, y después de haber sido recibido en Wapping por una triple salva de aplausos, volvió á Rotherithe, por debajo de la bóveda oriental. Una hora después, el Tunnel fué entregado á la consideración del público.
Diez mil personas pasaron de una ribera á la otra, en la noche del sábado; el domingo, la afluencia fué tan considerable, que antes de la una, los empleados tuvieron que reclamar la asistencia de los agentes de policía para contener á la multitud. El número de los individuos que habían atravesado el Tunnel desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, aseguran que ascendían á 50,000.
El sábado por la tarde se celebró una gran comida en la taberna de Londres. Se echaron durante este espléndido banquete un infinito número de brindis á la reina, al príncipe Alberto, al duque de Wellington, á M. Brunel, al presidente y á la prosperidad del Tunnel, etc. En Inglaterra todo termina, no por canciones sino por speeches (discursos) y por brindis.
Hacia ya mas de veinte años que se ocupaban de la construcción de un puente por debajo del Támesis, entre Rolherhithe y Limehouse, mil veces inferior al Tunnel actual, hasta que en 1823, M. Brunel propuso un nuevo proyecto que mereció la aprobación de todos los sabios. En 1824 se formó una sociedad para poner este proyecto en ejecución, y al año siguiente dieron principio los trabajos.
Comenzaron al principio con vigor; pero muchas inundaciones obligaron en varias ocasiones á los obrereros á suspenderlos. En 1828, habiéndose agotado el fondo social, se abandonó de un todo la obra, para no volverla á proseguir hasta el año de 1835, época en la cual el gobierno inglés se comprometió á hacer los adelantos necesarios á su determinación. La última inundación se verificó el 6 de marzo de 1838, y desde este dia hasta la apertura del Tunell, ningún incidente interrumpió los trabajos.
Tal como se encontraba en 1843, el Tunnel tenia de coste 600,000 libras esterlinas (60.000,000 de reales, y se calcula que ha sido todavía preciso gastar 50,000 libras (6.000,000 de reales), para construir los dos tramos circulares que hacen bajar ó subir los carruages que atraviesan el Tunnel. En 1843, solo los pedáneos podían aprovecharse de esta maravillosa vía de comunicación entre las dos riberas del Támesis. Terminemos este artículo, indicando que M. Brunel es un ingeniero francés.
El Támesis corre de Sur á Norte, y en esta dirección, Westminster y White―hall están sobre su margen izquierda , en seguida vuelve de Oeste á Este y costea á Londres en toda su longitud, que es por lo menos de cinco millas. Uno de los defectos que tiene esta ciudad es carecer de muelles, comunicándose con el rio por Stairs, rampas ó escaleras tan mezquinas como incómodas. El puerto que está situado por debajo del puente viejo, es notable por su estension y por la comodidad que ofrece á los buques mas grandes de venir á cargar y descargar á la puerta de los almacenes. La afluencia de este puerto es inmensa, y en vano se intentaría describir el numeroso concurso de buques de todas dimensiones que sin cesar entran y salen; nada puede dar una idea mas alta del comercio y de la riqueza de los ingleses que este espectáculo. La protección de las leyes y la ventajosa situación de Londres cerca de la embocadura del Támesis han producido esta afluencia. Los habitantes de esta capital están tan persuadidos de que la deben á estas dos causas, que Jacobo I, amenazándolos un dia con ir á establecer su residencia lejos de Londres, y de llevarse todos los tribunales: «A lo menos no se llevará V. M. el Támesis,» le dijo el lord corregidor, á quien el rey habia hecho esta amenaza. Este rio tiene desde su nacimiento hasta su embocadura un curso de cerca de 240 quilómetros. Londres está á 80 kilómetros tierra adentro, y esta situación, por medio del Támesis, le hace disfrutar de todas las ventajas de un puerto, sin estar espuesta á la sorpresa de una armada enemiga ni á la insalubridad de los vapores húmedos del mar.
Entrando por el lado del mar, se presenta la ciudad con una regularidad imponente sobre las orillas del rio, estendiéndose por ambas, recorre una longitud prodigiosa de Este á Oeste, se eleva en anfiteatro hacia el Norte y se prolonga cerca de 28 kilómetros circularmente por una infinidad de casas de campo y aldeas y de quintas pertenecientes á los nobles y á los comerciantes, que van á buscar un aire saludable y á descansar de sus afanes y negocios. Su población es mayor que la de las mas grandes metrópolis del mundo; en 1832 era de 1.474,069 almas, y según el último censo de 1841 asciende á 1.870,727.
En 1666, el 2 de setiembre hacia la media noche, se manifestó un incendio en la parte del Este de Londres, y adquirió tanta actividad por la violencia del viento, que se estendió con una rapidez increible. Todos los socorros fueron inútiles; el incendio devoró una superficie de 145 héctares, quemándose cuatrocientas calles, trece mil casas y ochenta y nueve iglesias, durando el incendio tres dias. Este espantoso fuego, fué, sin embargo, ventajoso á la población; Londres era poco elegante, incómodo é insalubre, y la mayor parte de las casas era de madera; una ciudad nueva surgió de las ruinas de la antigua, mas regular, mejor construida y mas saludable que la primera.
El cuartel de Westminster es el mas hermoso de la ciudad, y los paralelos al de San Pablo y al parque de San James son los mas modernos y en nada se parecen á los antiguos. Las casas tienen dos pisos y rara vez tres, sin comprender una especie de subterráneo que da al cuarto bajo toda la salubridad de un primer piso. Este subterráneo que recibe la luz por una lumbrera está destinado por lo regular á la cocina y sus dependencias. Las fachadas de las casas son casi todas uniformes, y á cada lado de las calles hay buenas aceras fiara los que van á pie, hallándose

sábado, septiembre 13, 2008

Viage ilustrado (Päg. 289)

Entrada esterior del Tunnel

Estremo inferior de la escalera


Vista de las dos bóvedas del Tunnel

sis, pasa por debajo. Este tunnel, ó puente subterráneo, obra de un francés, del ingeniero Brunel, tiene la ventaja de permitir el paso de una orilla á la otra sin impedir la navegación.
Para nadie es ya desconocida la importancia del famoso Tunnel, fabricado debajo del rio Támesis en Londres, obra colosal que ha inmortalizado el nombre de su autor; ni hay quien no comprenda las inmensas ventajas que ha reportado á la gran capital de Inglaterra esta estraordinaria construcción, facilitando al comercio nuevos recursos de trasporte, mayor actividad en el desarrolla de sus contratos mercantiles, y sobre todo, ha presentado á la admiración del mundo entero un monumento digno de su grandeza, que será indudablemente el asombro de todas las generaciones: no estarán demás por tanto los pormenores que vamos á dar, relativamente á las ceremonias de la apertura de este mónstruo, digámoslo asi, del orden arquitectónico.
El sábado 25 de marzo de 1843, el Tunnel del Támesis fué entregado á la pública contemplación. Aunque la apertura no se verificó sino á las cuatro de la tarde, una inmensa multitud de curiosos se habia situado por la mañana en las dos orillas del rio, en las inmediaciones del Tunnel. A las tres, todas las personas que habían obtenido billetes de convite para asistir á la ceremonia, se encontraban ya reunidas en Rotherhithe (orilla derecha del rio). Se observaba principalmente al lord maire, al lord Dudley Estuardo, á sir Eward Codrington, á sir Roberto Inglis, á M. Hume, á M. Warburton, á M. Rœbuck, etc. etc, y á sir Isambard Brunel, que tuvo la gloria de comenzar, de hacer ejecutar y de terminar este admirable trabajo. El sol brillaba en medio de un cielo sin nubes, cosa rara en Londres; banderas flotaban en las altas torres de la iglesia inmediata, cuyas campanas agitadas, sonaban en prolongados y frecuentes repiques: los balcones y los tejados de las casas inmediatas estaban cubiertos de espectadores.

martes, septiembre 09, 2008

domingo, septiembre 07, 2008

Viage ilustrado (Pág. 286)

espinosa, viene al fin á caer en gotas en la canal de madera que hay abajo.
«El objeto de esta filtración es hacer evaporarla mayor cantidad de agua posible, á fin de que la que quede esté mas impregnada de sal, y la desecación se haga mas fácil.
»Cuando el agua se encuentra á la graduación necesaria, comienza el trabajo de la ebullición y desecación. Otro edificio, ordinario en su estructura, pero igualmente inmenso en sus dimensiones, encierra los almacenes y talleres; su latitud es de 27 metros, y á lo ancho están puestas las calderas, cavidades monstruosas que no son redondas como las comunes, sino cuadrilongas de 7 metros de latitud, 13 de longitud y 50 centímetros solamente de profundidad. Cuando se está haciendo la operación, parecen estas calderas estanques igneos, donde hierve sin cesar el agua, se evapora con rapidez, se espesa á la vista y queda totalmente seca y blanca la sal, que se saca en masas muy sólidas para reducirlas después á grano.
«Estas vastas calderas, compuestas de hojas de palastro, están empotradas en las paredes lodo alrededor, escepto por un lado, que es por donde se mete debajo el fuego.»
Estas salinas nos obligan á decir dos palabras de Salins, en el mismo departamento, célebre igualmente por las salinas, de que ha tomado el nombre. Esta pequeña ciudad, antigua y mal construida, está situada á lo largo de una pendiente, en el fondo de una garganta, que no tiene, por decirlo asi, mas anchura que la necesaria para el paso del riachuelo Furiense, que la baña. Las montañas, que parecen tener por lo menos 400 metros de altura perpendicular, envuelven la ciudad y la tienen como oculta en el fondo de un inmenso cubo.
En el fondo de esta garganta donde Salins está edificada, corre un gran número de manantiales salados al lado mismo de otros de agua dulce. Bóvedas considerables cubren los manantiales y todo el trabajo es subterráneo. Se baja por dos escaleras tan cómodas como las de cualquiera casa; el rio costea todo el establecimiento, y corre á tres metros sobre el suele del subterráneo; un pequeño canal de agua se estrae del rio y se introduce bajo las mismas bóvedas para dar movimiento á las máquinas. Este taller subterráneo tendrá 300 metros de longitud y 100 de latitud. Alli no se puede emplear el aire con tanta ventaja como en Lons―le―Saulnier, y se tiene que recurrir al fuego para la desecación.
Después de Lons y Salins, importantes por sus salinas, no se debe dejar de visitar á San Claudio. Está edificado entre tres montañas que se elevan por encima de él á 300 metros, y parece que lo oprimen entre sus desfiladeros y amenazan continuamente sepultarlo. Esta posición le ha impedido siempre engrandecerse tanto como se lo permiten sus recursos y la industria de sus habitantes. San Claudio envia á toda la Francia y aun al estrangero sus tinteros de cuerno y boj, sus tabaqueras de raices y una porción de obras en que se emplea la madera. También había aqui grandes fábricas de papel que destruyó el incendio de 1798. Este incendio devoró una gran parte de la ciudad, lo que acontece de tiempo en tiempo á los pueblos y aldeas de este cantón, cuyas casas están cubiertas con tablas de abeto muy delgadas y secas. No es necesario advertir que una chispa puede producir aqui el mas violento incendio.
El carácter y las costumbres de los habitantes del Jura no se parecen á los de sus vecinos. «En el Jura, dice un viagero, los hombres tienen por lo general bastante talento y mucha prudencia, y son fríos sin ser perezosos. Una especie de egoísmo, hijo quizá del clima, los ha sustraído al imperio de las pasiones impetuosas, tan contrarias al bien de uno mismo y al de los demás. En general, ellos tienen en mucho la superioridad de su sexo, y no tienen para las mugeres esos cuidados minuciosos que componen lo que se llama galantería. Son muy amigos de las leyes que lisongean esta superioridad de los varones, y el hijo primogénito, aun en los campos absorbe la mayor parte del cariño paternal, hablan con placer del derecho de sustitución de las tierras á los varones, y de la costumbre de dotar á las hijas en dinero. He aqui lo que se puede mirar como general en todo el departamento.
»En las ciudades, son aficionados á la vida tranquila, y casi podia decirse, ociosa. La mesa es un placer para ellos, y sobre todo el juego, como negocio de interés.
«Los hombres en general son robustos y de elevada estatura. Las mugeres no son proporcionalmente tan altas, y frecuentemente padecen paperas, no habiendo edad, ni educación, ni cuidados que puedan preservar de esta deformidad en las localidades que se padece. En todas partes las paperas son una enfermedad de las montañas; pero en el Jura no es asi, pues no se ve mas que en la línea que forman los bosques, y especialmente en Lons y Salins.»
En muchas partes de la montaña, la nieve en invierno se eleva casi tan alta como los techos; la puerta de las casas permanece cerrada durante muchos meses y se sale por la chimenea. Por la nieve se camina con anchos patines planos en forma de zapatos y armados de clavos por los lados para evitar el resbalarse. Si se conoce que la nieve está bastante dura, se abre una bóveda que sirve de camino subterráneo á la cabaña. Para poder pasar asi encerrados todo el invierno, cuecen de antemano el pan necesario, como en los barcos que van á emprender un largo viage. Este pan está hecho de harina de avena sin salvado, y tiene la forma y el tamaño de una manzana, y la dureza de la galleta; cuando se moja, esponja mucho, y uno solo basta para la comida de un hombre. Estas familias se alimentan durante su retiro forzoso, de vaca salada, ahumada y conservada en la chimenea, de un poco de tocino salado y ahumado también; un mal queso hecho con los residuos del suero hervido, cuando se ha sacado el bueno para vender, la poca leche que dan las vacas en invierno, algún poco de mala manteca ó aceite de nabos, una bebida agria hecha de ciruelas silvestres, manzanas, nebrina y agua.
Sus ocupaciones durante este tiempo son hacer cucharas, cubas y otros artefactos de madera.
En el Jura se encuentran muchas habitaciones aisladas, y en algunos de los cantones mas elevados se han establecido chozas ó queseras que habitan los pastores y ganados durante el estío. Solo los hombres van á habitar estas chozas por espacio de cuatro meses; esta es la estación de los pastos y de hacer el queso, el tiempo en que la tierra no está cubierta de nieve, desde el 1º de junio hasta San Dionisio, que es el 9 de octubre. El número de hombres es proporcionado al de las vacas, y ordinariamente hay uno para

viernes, septiembre 05, 2008

Viage ilustrado (Pág. 285)

Vista de Trevoux
llanura, y los viñedos reinando en toda la longitud de la rápida ladera que sube hasta el primer grado. En la primera plataforma la agricultura va ya decayendo, los bosques son menos frondosos, y no tienen sino árboles comunes, y las cimas están cubiertas de bojes; mas lejos, los negros bosques de abetos estienden su espeso y sombrío tapiz, y las altas cumbres están cubiertas de nieve durante seis meses del año. El clima varía según las alturas; en la llanura es húmedo en todos tiempos, y en la primavera cálido y malsano; en las laderas es seco y dulce, y hace mas frio á medida que se sube; y por último, en las altas cimas apenas puede resistirse.
Lous―le―Saunier, que es una ciudad poco estensa y no contiene mas de 8,000 habitantes, está en el fondo de una hoya de media legua de latitud, y cuyos bordes, si asi se les puede llamar, están lapizados de viñas que producen escelente vino. Esta ciudad es el depósito del comercio del Jura para Lion y el interior de Francia. La madera, el hierro, los cueros y el queso son aqui objetos importantes de comercio; pero su principal riqueza consiste en la sal que se estrae de las salinas. Estas salinas y los trabajos que se emplean para la elaboración de la sal, merecen que nos detengamos un instante á examinarlas.
«En el ángulo septentrional se encuentra la mas notable de las salinas; es de 20 metros de honda y ancha de 5, de forma cuadrada y siempre está llena, por mas que continuamente estén sacando el agua salada que contiene. Un torno, movido por una corriente de agua dulce, hace mover cuatro bombas que estraen sin descanso el agua del pozo; ésta cae en una canal de madera, por la cual va al establecimiento de las salinas, que se halla á 2 kilómetros de allí, y el agua dulce que pone en movimiento la máquina, hace el mismo camino para ir á mover otras maquinas á la misma salina, á fin de subir sobre el lecho de un edificio muy alto el agua salada que ha sacado del pozo. Ademas de este pozo salado hay otros muchos en la baja llanura, cuyas aguas son llevadas igualmente á las salinas.
»En la confección de la sal hay dos operaciones principales que conocer: la graduación y la desecación. Para cada una de estas operaciones hay un edificio distinto.
»El de la graduación es una especie de tinglado sin muros, de 600 metros de longitud, 12 de latitud y mas de 13 de altura, sin contar el lecho que eleva 3 metros mas; parece que se ha querido sostener en el aire este inmenso techo en toda su longitud; pilares de madera en forma de potencia se elevan para sostenerle por cada lado; abajo los pilares están unidos como en lo alto por vigas trasversales que sostienen una canal inmensa de madera. Esta canal no tiene mas que 30 centímetros de profundidad; pero es como el edificio de 12 metros de anchura en toda su longitud.
«Todo el intervalo que separa la canal del techo; se llena de alto á bajo de haces de espino negro simétricamente alineados y medianamente apretados. Estos espinos forman un cuerpo macizo de 13 metros de altura, y viene á ser un verdadero filtro por donde se ve pasar el agua salada.
Puestas en movimicnto las bombas, elevan el agua salada hasta lo alto del edificio por encima del techo: alli la reciben pequeñas canales, la llevan por igual lodo á lo largo del edificio y la van derramando por todas partes con perfecta igualdad. Repartida entonces sobre la masa de espinos, va descendiendo al través de ellos, y detenida sin cesar por las hojarascas, se subdivide á medida que va bajando, se estiende hasta lo infinito su superficie, se presenta mil veces á la corriente libre del aire, y serpenteando por la masa

lunes, septiembre 01, 2008

Viage ilustrado (Pág. 284)

Torre arzobispal del palacio de Narbona


nage, especie de subterráneo estrecho, abierto por un torrente en el interior de una montaña calcárea, y mas lejos, á la izquierda del camino de Lion, la famosa Cartuja, construida por San Bruno en 1084, donde se ve todavía la ermita de su piadoso fundador. Cerca de San Bartolomé hay una fuente, de donde sale un gas que se inflama al acercar una luz.
El condado Venesino, que forma hoy el departamento de Vaucluse, pertenecía al papa antes de la revolución. Juana I, reina de Napóles y condesa de Provenza, la vendió en 1348 á la Santa Sede en la suma de 80,000 florines, que se pretende, con bastante razón, no haber sido jamás pagados. Juana era, por otra parte, menor de edad, y no tenia derecho de vender sin el consentimiento de los Estados. La venta era, pues, nula, y ningún papa ha probado nunca lo contrario. La Francia, reconquistada su libertad, volvió á adquirir sus derechos sobre esta comarca que le pertenecía. El suelo de este departamento es pedregoso, seco y á propósito para viñedos; asi es, que los vinos que produce son muy estimados. Por todas partes hay moreras y laureles, y produce también buena seda, lanas, azafrán y rubia. Aviñon era entonces la capital del condado, y hoy lo es del departamento. Su situación es muy buena; el Ródano baña sus muros, y la impetuosidad de este rio se halla contenida por hermosos malecones que forman entre la ciudad y el Ródano un paseo muy agradable. Nada hay mas bello y risueño que sus cercanías; pero el lugar mas notable, el que jamás dejan de visitar los viageros, es la fuente de Vaucluse. Esta fuente recuerda los amores de Petrarca y Laura, y escita el deseo de volver á leer los dulces y armoniosos versos que el poeta italiano consagró á su memoria.
La fuente se halla á 16 kilómetros de Aviñon, y el camino que á ella conduce atraviesa una de las mas hermosas llanuras del condado. Se llega á un valle, por encima del cual se eleva en forma de herradura una montaña de piedra viva. Para llegar hasta el pie de la roca, muy elevada y casi cortada á pico, de donde nace la fuente, es menester subir por un camino estrecho y pedregoso. Bien pronto se percibe una cueva muy profunda, cuya oscuridad horroriza. Sí el agua está baja, se puede entrar; entonces se ven grandes cavernas, de las cuales la primera tiene mas de 20 metros de altura sobre el arco que forma la entrada; la otra, que parece tener 30 metros de latitud y casi otro tanto de profundidad, no tiene mas que 6 de elevación. En medio de esta bóveda se eleva, sin saltar ni salir á borbotones, en una pila oval de 6 metros de diámetro, el abundante manantial del rio Sorgues. En su estado ordinario, el agua de este manantial se escapa por conductos subterráneos y llega tranquilamente hasta el lecho del rio; pero después de grandes lluvias, sube por encima de una especie de mole colocada delante de la cueva, y forma un estanque, cuya superficie está tersa como un espejo; en seguida se precipita con gran ruido á través de los peñascos y los emblanquece de espuma, y por último, burlando los numerosos obstáculos que detienen su impetuosidad, va á correr apaciblemente no lejos de allí en un lecho cómodo. Este agua es muy clara; pero cruda, pesada é indigesta.
Orange, una de las ciudades del departamento de Vaucluse, notable por un hermoso arco triunfal romano, fué la capital de un principado de este nombre, que pertenecía á la casa de Nassau. De esta casa salieron los libertadores de Holanda, y mas tarde los reyes de Inglaterra.
Entre el Delfinado y el Franco―Condado se encuentra intercalada una porción de la antigua Borgoña, de la que se ha hecho el departamento del Ain. Bourg, su capital, ofrece al interés del viagero la iglesia de Nuestra Señora de Brou, construida por Margarita de Valois, y notable por sus vidrios y sus mausoleos: Bourg es la patria de Gerónimo de Latande. Trevoux, también en este departamento, fué célebre por el Diario que publicaban aquí los jesuítas, luchando ardientemente contra los enciclopedistas; y por una casualidad singular, del otro lado de la frontera está Ferney, que fué el retiro donde preparaba Voltaire sus elucubraciones filosóficas. En Bellegarde, junto á Nantua, se ve la cascada y la pérdida del Ródano, que después de estar sumergido debajo de una roca, vuelve á salir á un kilómetro de distancia, recobrando su curso rápido y magestuoso.
El Doubs, cuya capital es Besanzon, el Alto Saona, capital Vesoul, y el Jura, de quien es cabeza de partido Lons―le―Saunier, forman el antiguo Franco―Condado. El departamento del Jura está dividido en toda su longitud por tres bandas ó listas muy marcadas, pero oblicuas y de anchura desigual entre ellas. La primera la forma la llanura baja, de 12 kilómetros de latitud; la segunda el primer grado de los montes, que se elevan súbitamente como un muro y forma una plataforma de 16 kilómetros de anchura, y en fin, la montaña, que no es mas que una serie sin fin de cimas y de valles, y que forma al Levante una lista casi tan ancha como las otras dos juntas. Cuando se va de París á este departamento, se ve la riqueza agrícola y los hermosos bosques de encinas en la baja

miércoles, agosto 27, 2008

Viage ilustrado (Pág. 283)

rededores deliciosos son justamente celebrados. Frejus (Forum Julii) era una grande y hermosa ciudad en tiempo de César y de Augusto, pero su puerto ha sido cegado por los terromonteros. En este departamento está Cannas, donde desembarcó Napoleón en 1815 al volver de la isla de Elba. Tolón, uno de los puertos militares de Francia, es una ciudad muy antigua, que data de doce siglos antes de Jesucristo según unos, y cuatro según otros, y que fué fortificada por Carlos V. Por el lado del mar tiene fortificaciones que la hacen inespugnable, y por la parte de la tierra es también muy fuerte. El puerto está acompañado de un magnífico arsenal, surtido de cuanto es necesario para la construcción y equipo de los buques; la sala de las velas es inmensa, y la cordelería, construida de piedra labrada tiene mas de 600 metros de longitud. En las islas Hyeres, cercanas á Tolón, se ha establecido una especie de jardin de ensayo, para aclimatar plantas estrangeras, cultivándose ya con buen éxito el bambú y la caña de azúcar.
Aix, en otro tiempo, capital de la Provenza, es hoy la subprefectura de las Bocas del Ródano; el baptisterio de su catedral era un antiguo templo de Apolo. A cuatro kilómetros de Aix está el romántico valle de Tholonet, donde todavía se ven ruinas romanas. Marsella es seguramente la reina del Mediodía, y una de las ciudades mas antiguas de Francia. Su fundación se hace remontar á 600 años antes de la era vulgar, y se atribuye á una colonia de focenses. Desde su origen ha sido siempre una de las ciudades mas comerciales de Ocidente, y en ella se formó una de las tres mas famosas academias del mundo, siendo en este concepto, la rival de Rodas y de Atenas. Su puerto es uno de los mas seguros y frecuentados de Europa, y aunque no es muy profundo para los navios de línea, puede contener hasta 9,000 barcos mercantes. La ciudad se divide en antigua y nueva; la primera está construida en la pendiente mas rápida de la montaña y compuesta de estrechas calles y malas casas. La ciudad nueva, por el contrario, reúne todas las cualidades que hermosean una población, y está separada de la antigua por una larga calle, de la que forma una parte el Corso. Desde la conquista de Argel, Marsella es el puerto mas activo de Francia, pasando el producto de sus aduanas de 30.000,000 de francos.
Las cercanías de Marsella son mas risueñas y singulares que bellas; por todas partes se descubre una infinidad de pequeñas casas, llamadas bastidas, cuyo número asciende á cinco mil, y esto hace creer al viagero que está viendo una ciudad sin límites.
El clima de la Provenza es muy vario; la parte meridional es árida y ardiente, y los calores duran mucho tiempo. La parte montañosa y septentrional es fría y húmeda, siendo casi continuas las lluvias, aun en verano, en que las tempestades son muy frecuentes. Entre estas dos estremidades hay una comarca muy templada y fértil. A esta singular variedad de clima se puede añadir, que en Provenza se encuentran en un mismo tiempo las cuatro estaciones. Mientras que en la costa se hace la recolección, se está sembrando en las montañas, y mientras alli se vendimia, aquí se coge el trigo; ademas de esto, se ve que es posible á las personas acomodadas, cambiando de domicilio, estar siempre en una perpetua primavera.
Los vientos contribuyen mucho á variar la temperatura; el Sudeste produce los efectos mas singulares en los habitantes de la Baja Provenza; este viento enerva las fibras, apaga el fuego de la imaginación, llena el espíritu de tristeza y de estupor, y da á las facultades corporales una laxitud insuperable; los pájaros dejan de cantar; en los campos reina un silencio monótono, y todo está como entorpecido. El viento mas frecuente é impetuoso es el Nordeste, á quien llaman en el pais mistral.
La Provenza no coge casi nunca el suficiente trigo para el consumo; pero ademas de sus vinos y de sus pesquerías, tiene las producciones análogas á su clima, como son naranjas, limones, granadas, y especialmente aceitunas. Estas dan un aceite muy delicado. También hay hermosas plantaciones de moreras que alimentan muchos gusanos de seda.
Sus principales rios son: el Durance, el Var y el Gardon.
Los rasgos mas marcados del carácter de los provenzales son la viveza y la jactancia: son muy aficionados á alabarse, siendo este uno de los principales defectos de todos los franceses del Mediodía, defecto que por otra parte á nadie perjudica, y que frecuentemente inspira el deseo de merecer aquellas alabanzas. Una viva imaginación ha distinguido en todos tiempos á los provenzales, y sus trovadores han gozado de gran reputación. La conversación de un provenzal es animada, sostenida con metáforas, que el acento del pais hace aun mas picantes. La lengua provenzal tiene mucha gracia en la boca de una muger amable, mucha energía en la de un hombre instruido, y mucha rudeza en la de un aldeano. Este último tiene en Provenza mas talento y es menos grosero que en el resto de Francia. «Espresa tan bien su pensamiento, dice un antiguo escritor, que se creería que un hombre despejado y criado entre los negocios lo habría instruido. Todos ellos, añade el mismo autor, son grandes inventores de canciones, y cantándolas pasan su furia cuando les acontece algún contratiempo.»
El Delfinado, contiguo á la Provenza, ha formado los Altos Alpes, el Drome y el Isere.
Sus principales ciudades son: Grenoble, Vienna, Gap, Embrum, Brianzon y Valence. El Delfinado tiene algunos puntos muy fértiles y abundantes en trigo, vino, aceite y pastel ó azul de Provenza, y también hay caparrosa, seda, cristal y hierro. Las montañas abundan en plantas medicinales, en caza de toda especie y también en aguas minerales. Pero la mayor parte del terreno es estéril, lo que obliga á los habitantes á ir durante muchos meses del año á trabajar á otras provincias, para subsistir y pagar sus impuestos.
Gap es la capital de los Altos Alpes, y su catedral encierra el mausoleo de Lesdiguieres. En medio del lago de Pelhotiers, cercano á esta ciudad, se ve una isla flotante, conocida con el nombre de Prado que tiembla. En Brianzon, ciudad fronteriza y fortificada, existe sobre el Durance un puente de un solo arco de cerca de 10 metros. El fuerte del Infierno está á 2,458 metros sobre el nivel del mar.
Valence, capital de la Drome, ofrece á la curiosidad del viagero el monumento de Pio VI, esculpido por Cánova, que sirve de adorno á su catedral. Grenoble, capital del Isere, es nombrada por sus guantes y sus licores. A 5 ó 6 kilómetros de la ciudad, á la orilla izquierda del Drac, se ven las grutas de Sasse―

lunes, agosto 25, 2008

Viage ilustrado (Pág. 282)

horror de este abismo, y animados después con la esperanza de un nuevo descubrimiento, afrontaron el peligro, y probaron á bajar por una escala de cuerda; sus tentativas fueron largas, penosas y muy peligrosas; pero conociendo que les faltaban los medios y que sus máquinas eran insuficientes, abandonaron su proyecto, aplazándolo para otra espedicion.
El 13 de julio siguiente, volvieron en mayor número, surtidos de todos los útiles, instrumentos y víveres, cuya necesidad habían conocido en el primer viage. Llegados, al fin, donde tuvieron que detenerse anteriormente, después de haber marchado largo tiempo por un plano inclinado, con el pie todo afuera, las piernas lastimadas por las rocas y con un horrible precipicio á sus espaldas; después de deslizarse por cuerdas, en fin, después de infinitos trabajos y peligros, se encontraron en una vasta sala cuyo suelo era firme. A cada paso, estalactitas de todas formas, congelaciones caprichosas ó regulares, blancas como la nieve y duras como el mármol, les admiraban y les llenaban de sorpresa. Tan pronto veian un altar blanco como la mas bella porcelana, de un metro de alto, de un óvalo perfecto; mas lejos, cuatro columnas salomónicas amarillas, pero trasparentes en muchas partes, cuyo grueso es tal, que cuatro hombres no pueden abarcarlas y su altura no puede medirse; los viageros creyeron que tocaban á la bóveda, pero no se puede asegurar.
Esta sala es redonda, y pudiera compararse á una vasta basílica, rodeada de capillas mas ó menos elevadas. Los viageros la juzgaron casi tan grande como la mitad de Ganges. En medio hay una cúpula cuya elevación es de cerca de 100 metros. En muchas otras salas adyacentes á esta, la tierra es negra y movediza, y entre ellas hay una muy notable, que tiene un pilar en medio, y se asemeja al gabinete de un artista. «Estábamos rodeados, dice Mr. Soulavie, de una cantidad tan prodigiosa de objetos, que permanecimos en una admiración muda y estúpida. Entre otros, hay un alto obelisco, terminado en aguja, perfectamente redondo, de color de rosa, y cincelado en toda su elevación con las mas exactas proporciones; masas tan gruesas como iglesias, ya formando cascadas, ya imitando nubes; pilares rotos en todas direcciones, coliflores, gragea, en fin, todo cuanto la casualidad puede reunir en las mas variadas combinaciones. Una calavera fué el único objeto que vino á turbar la embriaguez y alborozo que nos causaba la vista de tantas maravillas, y no podíamos concebir como este desdichado había podido penetrar hasta alli. Lo mas probable es, que el agua que inunda este subterráneo en el invierno, llévase consigo esta calavera.
«Una de las maravillas de esta gruta, es una estatua colosal, puesta sobre un pedestal y representando una muger con dos niños. Este trozo seria digno del mas grande soberano de Europa, si fuera del sitio donde está, conservase la forma que nosotros le hemos visto tan distintamente y sin hacernos la menor ilusión. Esta estatua de muger se veía desde muchos puntos, y no era efecto de la imaginación: la semejanza admiró á los aldeanos que nos acompañaban, y no hubo mas que un mismo grito, una misma admiracion. Uno, entre otros, gritó, seducido por todo lo que le rodeaba: Que se me traiga pan, y permanezco aquí un mes.
«Por todas partes en este vasto subterráneo, se ven franjas, cortinas, pabellones, esmalte, cristal, encages, cintas, todo tan delicadamente trabajado, que es necesario estar persuadido de que el hombre jamás ha penetrado alli, para no creer que todo aquello sea obra de los mas hábiles artistas. El espato calcáreo que se encuentra en esta gruta es de la mejor especie, y debe producir el alabastro mas precioso.»
Los viageros admiraron también un pórtico, que les pareció tener doce metros de alto y seis de ancho. Detrás se percibían dos filas de estalactitas alineadas, formando una galería cuya entrada es este pórtico. Cerca de este sitio, y en lo mas profundo de la gruta, los viageros, después de haber comido, colocaron una botella bien sellada, que contenia la relación de su descenso, y una caja de oja de lata donde encerraron sus nombres. Cerca del pórtico, clavaron también una plancha de plomo con sus nombres grabados. En fin, después de doce horas y media, pasadas tanto en esta sala como en las adyacentes, nuestros viageros, advertidos por las antorchas que se concluían, pensaron en salir de este profundo abismo. El camino al subir les pareció menos difícil y peligroso; por otra parte, las señales que habian puesto, y los trabajos hechos para el descenso, facilitaron mucho su salida. Hay en las cercanías de Ganges otras grutas bastante curiosas; pero mucho menos que la de las Hadas. En una que se encuentra en una viña, junto al camino de San Basilio á Ganges, todo es blanco, trasparente, cristalizado y sembrado de brillantes, y no hay en ella humedad. Entre otras curiosidades delicadamente trabajadas, hay una hermosa fuente, terminando la gruta en un horrible precipicio.
Antes de dejar el Languedoc, haremos mención de la feria de Beaucaire, de las minas de carbón de Alais, y sobre todo del puente de Garad, cerca de Remoulins, magnífico acueducto romano, que servia para conducir las aguas de la fuente de Aureá la naumaquia del antiguo Nemausus. Este acueducto se compone de tres hileras de arcadas, y ocupa una ostensión de 200 metros, elevándose á la altura de 53.
Perpiñan, capital del antiguo Rosellon, que hasta hace poco tiempo era de España, y capital ahora de los Pirineos orientales, ofrece a la curiosidad del viagero la iglesia de San Juan, la ciudadela y el castillo. Mont―Louis, situado en el mismo departamento, es la ciudad de Francia mas elevada sobre el nivel del mar. El antiguo Condado de Foix forma hoy el departamento del Ariege. Foix, su capital, era la residencia de los condes de este nombre. Sus hierros, sus mármoles y sus herrerías, le dan un gran interés. En Tarascón, en este departamento, fué donde, según cuenta la tradición, triunfó Santa Marta, hermana de la Magdalena, de la Tarasca, especie de dragón que asolaba el pais. Todos los años se celebra esta fiesta en la ciudad con gran pompa, y una enorme tarasca de madera y cartón de la que va tirando una niña con un cordón, recuerda el milagro con que el monstruo fué vencido.
Atravesando las cordilleras de montañas de la Lozerc y del Vivares, para recorrer los departamentos del Sudeste, la primera provincia que se encuentra es la Provenza; los departamentos que ha formado, son, los Bajos Alpes, las bocas del Ródano y el Var. Dignc, capital de los Bajos Alpes, está en medio de las montañas y tiene aguas termales en sus cercanías. En Colmart, existe una fuente que arroja el agua de siete en siete minutos.
El Var tiene por capital á Draguignan, cuyos al—

sábado, agosto 23, 2008

Viage ilustrado (Pág. 281)

Vendedoras de pescado en la puerta de España en Bayona

da, se ve una cortina de congelación, de una altura que no puede medirse, sembrada de brillantes, plegada con gracia y tocando el suelo por una punta, como si hubiese sido colocada por un hábil artista. Cascadas petrificadas, blancas unas y amarillas las otras, que parecían caer en vagos montones; muchas columnas, unas truncadas y otras en obeliscos; la bóveda cargada de festones y banderas, trasparentes como el cristal, las unas y blancas como el alabastro las otras; el conjunto de estos objetos nuevos, el silencio y la oscuridad de esta vasta caverna, llenaron á los viageros de espanto y admiración.
Continuando hacia la izquierda se encuentra una tercera sala muy larga y ancha, en forma de galería alrededor, por donde se marcha largo tiempo hasta llegar á una pequeña bóveda aplastada, donde no se puede marchar sino encorvado; esta bóveda se llama el Horno, á causa de su forma baja y redonda. Este horno tiene dos descensos, y las congelaciones son alli blancas y forman granos, y figuran gragea de todos tamaños.
A la derecha se deja otro horno menos curioso, y se entra en una sala muy grande, donde no se vé mas que rocas arrancadas, hechas pedazos, caídas, que anuncian violentas convulsiones en el seno de la tierra; todo es triste y lúgubre en esta caverna, y se sale de ella pronto, temiendo que se desprendan algunas de aquellas enormes piedras, que parecen amenazar sobre las cabezas.
Estas salas subterráneas eran desconocidas en el pais. Los viageros, queriendo llevar mas lejos sus descubrimientos, llegaron en fin á un estrecho pasadizo en forma de rampa, y este agujero los condujo á una pequeña pieza, donde pueden caber hasta doce personas. Detrás de tres pequeños pilares, se encuentra un estanque, cuya agua es salada y cenagosa.
Muchos murciélagos habitaban aquel recinto, donde se ven cristalizaciones en forma de plantas, blancas y brillantes, y que contrastaban con el fondo negro sobre que se dibujaban. Esta sala está abierta por el lado opuesto á la entrada. Por esta abertura se percicibia un espacio que la vista no podia medir, y para penetrar en esta profundidad formaba el primer escalón una roca cortada á pico, de 16 metros; una piedra arrojada en este horrible precipicio, gastaba considerable tiempo en su caída, se la oia saltar y rodar de roca en roca, y después no se oia mas.
Nuestros viageros, intimidados al pronto por el

jueves, agosto 21, 2008

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Griseta y campesina de Bayona

donde parten las aguas que van á parar á la sima. Estas, atraídas á dicha sima, caen en forma de catarata en el principio, que es de figura ovalada; una catarata subterránea sucede á la primera, y una tercera á la segunda, hasta que se pierden de vista las aguas, y ya entonces no se oye en sus concavidades mas que un ruido sordo que anuncia cataratas mas profundas todavía.
Junto á Vallon, sobre el Ardecho, se encuentran grutas célebres por la variedad de sus estalactitas, y no se llega sino con gran dificultad á la montaña donde está situada su entrada. Por debajo de esta, hay una roca cortada á pico, que es la enorme cantera horizontal de piedras calcáreas grises, que sirve de techo á la gruta subterránea, en la que no se puede entrar sino arrastrándose por espacio de algunas toesas. La abertura se agranda después rápidamente, y con la ayuda de las antorchas se ofrece á la vista un magestuoso corredor, que parece estenderse hasta perderlo de vista.
El puente del Arco, que atraviesa el Ardecho, es un puente natural formado por una sola roca de 60 metros de longitud y 30 de altura. El puente de la Baume, compuesto de grandes prismas basálticos, y el cráter de Saint―Leger que exhala ácido carbónico, llaman igualmente la atención de los viageros. En el Herault, junto á Ganges, está la gruta de las Señoritas ó de las Hadas, que ofrece un grande y admirable espectáculo. Está situada en un bosque en las cercanías de Ganges, donde también hay otras, aunque menos interesantes que la que vamos á describir, y de quien cuenta el pueblo infinidad de maravillas. Los viageros armados de escalas de cuerda, antorchas, viveres, etc., partieron el 7 de junio de 1780 para visitar esta curiosidad subterránea, y llegaron á la cumbre de la escarpada roca. La abertura, en forma de embudo, tiene como unos 6 metros, 50 centímetros de diámetro, y 10 de profundidad; esta abertura está
casi interceptada con árboles, plantas y vides salvages.
«Por una cuerda alada á una roca, dice Mr. Soulavie, y asidos fuertemente á ella, descendimos hasta el sitio donde se pudo echar una escala de madera; vencida esta dificultad, nos encontramos á la entrada de la primera sala, que va en descenso y está cubierta de culantrillo; á la derecha hay una especie de cueva que no conduce á ninguna parte.
»En frente se ven cuatro magníficos pilares que tienen la figura de palmeras y forman galería; estos pilares tendrán 10 metros de altura y son ya estalactitas; lo que ofrecen de mas singular es, que no tocan al lecho, y que son mas anchos por la parte superior que por la inferior, lo que no es la forma ordinaria de las estalactitas que principian en la tierra.»
En esta primera sala, dividida en dos partes por los pilares, los viageros encendieron las antorchas, renunciando á la luz del dia por largo tiempo, y entraron en una segunda sala: allí se penetra descendiendo por un pasadizo muy estrecho, por donde no se puede caminar mas que de lado; este descenso es de cerca de 6 metros, 70 centímetros de longitud. Esta segunda sala es inmensa; entrando á la izquier―

martes, agosto 19, 2008

Viage ilustrado (Pág. 279)

cada esclusa, los barcos se elevan hasta lo alto de la colina. El conjunto de estas esclusas forma una bellísima cascada de 250 metros de longitud.
No lejos de allí se encuentra la famosa bóveda del Mal Paso; está al pie de la montaña de Amerune, que atraviesa el canal por una bóveda subterránea á mas de 18 metros de profundidad, midiendo perpendicularmente desde la superficie del terreno. El canal camina por esta parte de la montaña un espacio de 63 metros, que es la longitud total de la bóveda, la que está construida parte de piedra y parte abierta en la roca.
El Languedoc tiene grandes recursos debidos á su suelo, á su situación y á la industria de sus habitantes. Los granos que produce bastan para su consumo, y sus vinos y aguardientes son objetos importantes para su comercio. Las lanas de sus ganados concurren con las de España á alimentar las numerosas fábricas de paños establecidas en Lodeva, Carcasona y otras ciudades. Estos paños componen la mayor parte de las esportaciones de Francia al Levante. El Languedoc es de todo el reino el pais donde mas se cultiva la morera; por consiguiente, la cosecha de seda forma uno de los principales recursos del pais.
Ya hemos nombrado las capitales de los diversos departamentos formados del antiguo Languedoc. Entre estas ciudades, las principales son: Tolosa, Nimes y Mompeller. Tolosa, situada á la orilla derecha del Garona, en el sitio donde termina el gran canal, es muy antigua y grande; pero su población no corresponde á su magnitud. Los tolosanos no han sabido siempre aprovecharse de su situación. La vanidad ha hecho á los que gozaban de cierto bienestar, aspirar mas bien á la dignidad de ser capitular, que á formar empresas comerciales que redundasen en provecho de la sociedad. En esta ciudad es donde verdaderamente han tenido su cuna las letras, y muchos de sus habitantes las han cultivado con honor. Tolosa vio fundarse dentro de sus muros en 1229 una universidad. Hacia principios del siglo XIV se reunieron muchos literatos y publicaron el designio que habían formado de premiar con una violeta de oro á aquel cuya obra obtuviese mayor número de sufragios. En el mes de noviembre de 1323 escribieron una carta circular en versos provenzales, en la que se titulaban la Sociedad de los siete trovadores de Tolosa, é invitaban á todos los poetas de los diferentes países del Languedoc á reunirse en Tolosa el 1.° de mayo siguiente para leer sus obras. La asamblea fue numerosa y brillante, y Arnault Vidal de Castelnadaury alcanzó el premio por un poema en honor de la Virgen. En 1353 se erigió el estatuto llamado Las leyes de amor. Esta sociedad recibió un nuevo lustre hacia fines del siglo XIV. Una dama de Tolosa, llamada Clemencia Isaura, amante apasionada de las letras, legó grandes bienes para aumentar la solemnidad de la distribución de premios que se hacia anualmente, y en reconocimiento el ayuntamiento y los habitantes la erigieron una estatua de mármol. Esta ciudad tenia también una academia de ciencias y otra de pintura y escultura, y es también nombrada por su antiguo y famoso Código que lleva su nombre.
Nimes debe especialmente ser visitada por el viagero, á causa de los bellos restos de antigüedades romanas que conserva. El anfiteatro llamado las Arenas es el mejor trozo. Su forma es una elipse perfecta, cuyo gran eje está en dirección de Este á Oeste; su longitud es de 132 metros, y el pequeño eje de 102. La altura es de 22 metros, 32 centímetros: esta altura está dividida por dos líneas de pórticos en número de sesenta en cada línea; en el piso bajo los pórticos forman una galería cubierta que sigue todo alrededor del edificio. En los cuatro puntos cardinales hay cuatro puertas principales por las que se entra al anfiteatro. El piso superior, compuesto del mismo número de arcadas, termina por un ático. En el interior de este anfiteatro habia treinta y dos lineas de asientos que servían para colocarse los espectadores; pero hoy no quedan mas que diez y siete en los sitios menos destruidos. El anfiteatro podia contener hasta 27,000 espectadores, y la parte principal del edificio está construida sin argamasa ni cimento, teniendo las piedras 6 metros de longitud. Lo que resta de la Torre grande tiene 26 metros de altura, y era septágona y de piedra labrada, y se cree que haya servido de foro. El edificio que se llama á causa de su forma la Casa cuadrada, es también una soberbia antigüedad. La hermosa fuente, que fué destruida en los siglos de barbarie, ha vuelto á restablecerse en nuestros días y se ha decorado con magnificencia. Nimes es una ciudad grande, floreciente por su comercio y situada en una fértil y deliciosa llanura.
Mompellier, cerca del Lez, y sobre una corriente de agua, que la atraviesa por muchos canales subterráneos, está situada en la pendiente de una montaña, lo que ha perjudicado indudablemente á la disposición de sus calles, estrechas y mal alineadas. Su comercio es bastante activo, siendo uno de sus principales ramos el cardenillo que debe al aseo sus cuevas, y á la naturaleza de sus vinos, singularmente útiles para la operación de los cobres. En esta ciudad hay una universidad muy concurrida, y nombrada especialmente por su facultad de medicina.
Narbona, en el Auda, tiene dos motivos de celebridad, primero su miel, que se recoge en las montañas de Corbia, y segundo, su antigüedad. Narbona es la segunda colonia, por los romanos, y la primera que enviaron éstos á las Galias, en la cual los reyes sarracenos residieron en el siglo VIII por espacio de cuarenta y cinco años. Junto á Alby, en el Taru, se ve el Salto del Sabo, donde este rio se precipita todo entero desde 29 metros de altura; aquí se ha establecido una herrería, y la fuerza hidráulica que por medio de esta caida se obtiene, sube á 3,000 caballos. Cerca de Castres, en el Taru, hay una roca temblorosa, masa de 30,000 kilogramos colocada sobre el borde de una gran piedra, y á la cual un hombre solo puede imprimir oscilaciones pequeñas sin que su solidez se quebrante. No son estas únicamente las curiosidades naturales que encierra el departamento del antiguo Languedoc. Los del Ardecho y del Herault particularmente, erizados de montañas, contienen muchas, de las cuales vamos á citar las principales. En el Ardecho se halla Annonag, célebre por sus molinos de papel, y patria de Montgolfier. En los alredores de la Argentiére, junto á Barjac, está la magnífica cascada de la Roca de hierro , llamada también sima de la Goula. En medio de la plataforma que figura la montaña y en el valle llamado, el encierro de la Goula, se ve la hoya de la Goula, abierta en la roca viva, cortada á pico ó en pendiente rápida desde los puntos mas elevados de las montañas circunvecinas hasta el fondo de la Hoya. Las montañas que rodean esta Hoya tienen 32 kilómetros de circunferencia recorriendo sus crestas, de

domingo, agosto 17, 2008

viernes, agosto 15, 2008

Viage ilustrado (Pág. 274)

rido la preponderancia de que goza. No es bastante que sus fabricantes entiendan mejor que los otros el arte de descomponer, de acomodar y graduar los colores, que sepan emplear los mejores productos nacionales en la fabricación, y que hagan con inconcebible delicadeza la combinación del colorido y del dibujo, observando los grados de calidad y finura sino, lo que es mas difícil aun, poseen el arte inimitable de unir en sus dibujos el brillo y la ligereza con la riqueza y buen gusto, añadiendo á esto, la fecundidad en la invención de dibujos, y una gran perfección en la mano de la obra. Los principales objetos que salen de sus manufacturas, son telas de seda bordadas de oro y plata, grós, cirsakas, tafetanes bordados, satines, tafetanes chinés, droguetes, moarés, damascos, etc. Estos artículos circulan en todas las cortes de Europa y hasta en Levante. Después de estas ricas manufacturas, están las fábricas de cintas, de galones, pasamanería, gasas, crespones, sombreros, medias de seda y otros artículos. En el número de los objetos de la industria de Lion, se ha de notar la imprenta, que aunque no tan considerable como la de París, no es menos estensa, y forma, con la librería, un interesante ramo de comercio.
El suelo del leonesado es poco fértil en granos, pero tiene muy buenos pastos. En la costa del Ródano se coge buen vino y los de Condrieux tienen mucha estima. El Forez, comprendido en el departamento del Loira, asi como una parte del Leonesado y del Beaujolais, es mas montuoso que el departamento del Ródano, y si se esceptuan algunas llanuras y las orillas del Loira, el resto está erizado de asperezas. Los diferentes grupos de montañas, que con los nombres de Gevenas, Vivarés, montañas de Auvernia y de Forez, separan el Loira del Garona, son los mas altos de los que propiamente pertenecen á la Francia. En la cadena de montañas de Forez, se distingue el monte Pila, célebre por su altura y por sus curiosidades naturales. Después de tres ó cuatro horas de marcha por un terreno muy desigual, se llega á la cima de una vasta plaforma, que aunque muy elevada, está, sin embargo, coronada por un enorme pico, llamado las tres cabezas. Este pico está erizado de enormes rocas de basalto que hacen en estremo difícil la subida á la cúspide; pero estas dificultades, las fatigas indispensables en este viage, y el frió que se siente en aquellas alturas, quedan bien pronto recompensados. El magnífico espectáculo que se presenta lo indemniza todo. Al Este, la vista no encuentra límites hasta los Alpes y las montañas de Suiza; al Sur, hasta las del Vivarés, y al Oeste se descubre el monte Cantal, y los de Dore y el Puy―de―Dome. Ademas de la ostensión de este gran cuadro, que encierra dentro de sí grandes ciudades y ríos considerables, se puede juzgar de la variedad de los detalles, de la inmensidad de las lontananzas, y del enagenamiento que se apodera del alma del observador á la vista de este vasto y brillante panorama.
La ciudad mas importante del departamento del Loira no es su capital Montbrison, sino Saint―Etienne, ciudad famosa por sus manufacturas y fundiciones. Tres caminos de hierro, el uno de Saint―Etienne al Loira, el otro del Loira á Roanne, y el tercero de Saint―Etienne á Lion, la ponen en comunicación con el Océano y el Mediterráneo. A cuatro quilómetros de Saint―Etienne existe un fenómeno digno de observarse; es una cantera de carbón de piedra inflamado, y que arde desde hace muchos siglos. El fuego ha corrido ya un espacio de cerca de 600 metros, en dirección de Este á Oeste, y se manifiesta hoy á la estremidad de este espacio por un vapor bituminoso y por el humo que se ve salir por muchos agujeros, formando otros tantos respiraderos de esta especie de volcan. Introduciendo la mano en estos agujeros, se esperimenta un fuerte calor parecido al que produce el vapor del agua hirviendo. Después de algunos días de lluvia, aumenta este calor considerablemente, y es demasiado fuerte para poderlo soportar mucho tiempo, siendo en estas ocasiones mucho mas espeso el humo. Se cuenta que esta mina no ha estado siempre en el estado de tranquilidad en que hoy se encuentra. Hace ya muchos años que se entreabrió el suelo que la cubre, y tan pronto como el aire atmosférico se comunicó al interior y dio nuevas fuerzas al incendio, hizo una fuerte esplosion, y elevándose las llamas á una considerable altura, ofrecían el espantoso aspecto de un volcan.
El departamento del Loira confina con los de Allier, Puy―de―Dome, y el alto Loira. El Allier, cuya capital es Moulins, pertenece al antiguo Borbonés, y no es notable mas que por sus aguas minerales y sus buenos pastos; y el Puy―de―Dome, con el Cantal y una parte del Alto Loira, forman la antigua Auvernia, una de las comarcas mas variadas de Francia. La parte montuosa de Auvernia es un país frio y cruzado por valles, de los que algunos son muy fértiles y agradables. Las mas altas montañas son inaccesibles en invierno á causa de las nieves que enteramente las cubren, y que se conservan en algunas partes hasta el estío.
En la Baja Auvernia hay una parte llamada la Limaña, que es célebre por los dones de que la ha colmado la naturaleza. Este país se estiende desde San Germán Lambron hasta las cercanías de Gannat, en una longitud de 60 quilómetros. Su anchura varia mucho; á veces no tiene mas que 4 quilómetros, pero nunca mas de 10 á l5. El rio Allier lo riega en toda su longitud, reuniéndosele allí una infinidad de arroyos que animan y fecundan esta hermosa comarca. La Limaña está limitada al Este y al Oeste por las altas montañas de Auvernia, y al Norte por las de Forez. Al Sur se abre esta especie de valle y deja ver una inmensa lontananza, y el interior está compuesto de llanuras y de laderas dependientes de las altas montañas.
Pocos paises hay en Francia que presenten un suelo mas fértil y vistas mas magníficas que la Limaña. No es esa fecundidad desnuda, esos vastos campos de mieses que se ven en otras provincias, tan despojados de verdor, y cuyo aspecto es tan triste y monótono: allí se ve por todas partes mezclado el verde del follage al dorado de las mieses; los vergeles, las vastas praderas embellecidas con elevados sauces y copudas hayas. Los grandes caminos tirados á cordel, tienen por ambos lados soberbios nogales y parecen las calles de un jardín.
Los principales ríos de Auvernia son, el Allier, el Dore, el Sionh, el Alagnon, la Truyera y el Dordoña.
Las montañas son considerables. Las de la Margueride forman una cordillera, que es continuación de las del Vivarés y de Gevaudan, y se estiende en la dirección de Este á Oeste hasta los montes de Cantal. Estos últimos forman un grupo muy estenso, dominado por una montaña principal, llamada particularmente Cantal. Esta montaña, cuya enorme base se dirige de